miércoles, 27 de abril de 2011

PINTURA RUPESTRE DE LA CUEVA DE LAS GRAJAS



PINTURA RUPESTRE DE LA CUEVA DE LAS GRAJAS
Jesús Fernández Palmeiro


La Cueva de las Grajas, que debe su nombre a que algunos córvidos utilizan para refugiarse y anidar algunos huecos de su techo, es una cavidad de considerables dimensiones que se localiza en la Sierra del Coto de la Zarza, próxima al Cerro de Enmedio y al Collado de las Cobatillas. No está en el Cerro Gordo, en el límite entre Almería y Granada, como se publicó en los primeros trabajos, dando lugar a errores posteriores, ya que se incluyó en los estudios de cuevas con arte rupestre del norte de Almería.
Su entrada, situada a unos l.250 m. de altura, está en una zona llana amesetada y rodeada de montañas, abriéndose en profundidad a modo de sima. Descendiendo por una ligera pendiente, muy irregular y alterada por el paso del ganado, se accede a su vestíbulo. En él aparecen amontonamientos de piedras y de ramajes, colocados por los pastores para modificar su acceso o hacerlo más practicable, ya que desde antiguo se ha utilizado para guardar los rebaños. Esta actividad ha hecho que en su interior se haya acumulado, a lo largo de los años, una gran cantidad de estiércol, por lo que en su techo se excavó un pequeño túnel, para intentar extraerlo. Las paredes están muy ennegrecidas por la humedad y en algunos puntos se aprecian filtraciones de agua. Dentro de la cueva, en su parte más baja y oscura, comienza una galería de difícil acceso por su estrechez, poca altura y por su pendiente.
La estancia en la cavidad no es agradable por el fuerte olor a ganado, la humedad, la oscuridad y por la presencia de restos de ovejas muertas. Su habitabilidad se hace difícil, siendo más adecuada para esta función el área del vestíbulo.
En su interior es muy complicado encontrar materiales arqueológicos, aunque Breuil señalaba la presencia de cerámicas antiguas de distintas épocas, junto a restos de animales domésticos y salvajes (ciervos). Solamente en su exterior, al oeste de su entrada y junto a una suave elevación, hay un afloramiento de sílex en el que se han podido recoger unas pocas lascas y algún núcleo.
A pesar de que la cueva no presenta las características típicas de los abrigos pintados levantinos, en marzo de l9l3 fue visitada por el abate H. Breuil y por D. Juan Cabré, que estaban estudiando varios abrigos con pinturas de la zona de Vélez Blanco (Almería). Encontraron en ella vestigios de pinturas, conservándose tan solo la cabeza de una cabra.
Se encuentra en una pared lisa, próxima a la entrada. Es de color rojo muy difuminado, ya que apenas se puede apreciar, y presenta unos cuernos largos y paralelos inclinados hacia atrás. No quedan restos de otras partes del animal.
Sus descubridores la consideraron como una pintura paleolítica y algunos estudios recientes mantienen esta cronología. Sin embargo, por su naturalismo y dimensiones, ha sido incluida en distintos trabajos sobre el Arte Levantino, que es de época postpaleolítica.



BIBLIOGRAFÍA

Breuil, H. y Obermaier, H., «Travaux de l’anée l9l3», l’Anthropologie, tomo XXV, 1914, p. 243.
Breuil, H y Motos, F., «Les roches a figures naturalistes de la région de Velez Blanco (Almería)», l’Anthropologie, tomo XXVI, l9l5,pp. 332 y 333, fig. 9.
Cabré, J., El arte rupestre en España, Madrid , 1915, pp. 76, 207, 219 y 220, fig. 103.
Beltrán, A., Arte rupestre levantino, Zaragoza , 1968, p. 68.
Adams, L., Les pintures rupestres du levant espagnol, París, l984, p.240, fig. 200-5.
Soria, M., y López, M. G., El arte rupestre en el sureste de la Península Ibérica, Jaén, 1989, pp. 58 y 59, fig. 23.

lunes, 25 de abril de 2011

SANTUARIOS IBÉRICOS:

http://perso.wanadoo.es/historiaweb/antiqva/iberos%20cordoba/santuarios_ibericos.htm

El yacimiento arqueológico de Torreparedones, en el que una misión hispano-británica llevó a cabo excavaciones en 1987, se sitúa en la campiña cordobesa, en el límite septentrional de los términos municipales de Castro del Río y Baena, tratándose de un asentamiento que ha tenido ocupación humana desde los tiempos de la Edad del Cobre y que en la etapa orientalizante (siglo VI a.C.) se dotó de una sólida muralla que en algunos puntos alcanzó los nueve metros de espesor y que reforzada con contrafuertes y torreones delimitaba un espacio interior del orden de las 10 hectáreas. Presenta esta sólida muralla una especial similitud con la de Puente Tablas, en Jaen, objeto también de recientes estudios.



Tradicionalmente el lugar ha sido conocido como el Cortijo de las Vírgenes, debido, quizás, a que algunos eruditos pensaban que aquí habían sido martirizadas, en el siglo IX, las santas Nunilo y Alodia. Es posible que la ciudad iberorromana que aquí se desarrolló fuese la colonia Ituci Virtus Iulia que cita Plinio dentro del convento jurídico Astigitano. José Antonio de la Morena, que ha investigado en este yacimiento, piensa que la denominación de Cortijo de las Vírgenes puede hacer referencia a las múltiples estatuillas-exvotos que han aparecido en este lugar, de igual modo que el Cerro de los Santos de Albacete, en el existió un importante santuario ibérico, debe también su nombre a esa misma circunstancia.



santuario.jpg (30713 bytes)

Santuario iberorromano de Torreparedones



Fuera de las murallas de Torreparedones, en el extremo meridional de la ciudad, se han excavado los vestigios de lo que hubo de ser un importante santuario ibérico, datado en los tiempos en que ya se registra aquí la presencia romana (siglos II-I a.C.). En este edificio, único santuario ibérico excavado hasta la presente, y en sus inmediaciones, se han encontrado multitud de pequeños exvotos fabricados en piedra caliza local, que destacan por su tosquedad y esquematismo. Se trata de estatuillas con representaciones de personajes que presentan un tratamiento rígido y estático: sus cuerpecitos son usualmente compactos, con los brazos pegados al cuerpo. También se han encontrado abundantes representaciones de piernas.



Estas pequeñas estatuas se interpretan como exvotos ofrecidos en lo que fue un santuario ibérico, para agradecer dones recibidos, cumplir promesas, pedir sanación de enfermedades, etc. Guardan una estrecha relación con los modernos santuarios católicos y con todo lo que su filosofía encierra. No existe mucha distancia, en ese sentido, entre la religiosidad cotidiana de los iberos y la nuestra. El santuario debía aprovechar la especial calidad mineralógica del cercano manantial de El Pilar, cuyas aguas son recomendadas para el tratamiento de enfermedades como la artritis, reumatismo, gota, etc. Las representaciones de piernas que se han identificado hablan con elocuencia. Un epígrafe procedente de este yacimiento, en el que se ha interpretado una alusión a la "Dea Caelestis" hace que se piense que el santuario hubo de tener esa advocación. Se trata de una diosa romana que se identifica con la gran diosa Tanit cartaginesa.



relieve.jpg (15333 bytes)

Relieve ibérico que muestra una pareja de mujeres en actitud oferente. Museo de Cañete de las Torres



De Torreparedones procede un bello relieve ibérico que muestra una pareja de mujeres que portan un vaso en actitud oferente. Se ha fechado entre los siglos II-I a.C. y quizás formase parte de un monumento funerario de tipo turriforme o del propio templo que existió en este santuario, cuyos vestigios han sido aflorados por la misión hispano-británica que aquí ha excavado. Esos estudios acreditan que el santuario quedó fuera de uso en los años situados en el cambio de Era, a pesar de que la ciudad siguió siendo en tiempos romanos una plaza fuerte con densa ocupación. Habrían de pasar muchos años para que en el siglo XV Torreparedones, para entonces una simple aldea rural, se convirtiera en un despoblado.



Otros dos santuarios ibéricos se tienen identificados en la provincia de Córdoba. Uno de ellos se ubicó en el Cerro de la Mesa, en Luque, en donde se han encontrado placas de piedra con grabados de équidos. El otro se situó en la Cueva de la Murcielaguina, en el paraje de Las Angosturas, en Priego de Córdoba. Enmarcada en un bellísimo paraje natural en esta cueva santuario se han encontrado diversos exvotos (cabecitas de caliza) y vestigios de las libaciones rituales que en ella debieron ser efectuadas. Se ha datado la ocupación de esta cueva, con esos fines cultuales, entre los siglos IV y III a.C.

?



¿?





domingo, 3 de abril de 2011

Puebla de D. Fadrique. Arqueología Ibera

http://www.youtube.com/user/PueblaFadrique





Museo Etnográfico-Arqueológico y Pabellón Deportivo: Dos nuevas instalaciones en Puebla de Don Fadrique

http://www.puebladedonfadrique.com/archives/1694
Por admin • 25 Mar, 2011 • Sección: General

En la mañana del 24 de Marzo de 2011, ante las inclemencias del tiempo y los sucesivos cortes de luz, fueron inauguradas en Puebla de Don Fadrique dos nuevas instalaciones que han supuesto una fuerte inversión económica en el municipio granadino por parte de varias administraciones.

El Museo Etnográfico-Arqueológico, situado en la segunda planta del edificio del Antigüo Ayuntamiento, en la Plaza de la Iglesia, reformado recientemente para tal efecto, y el Pabellón Municipal de Deportes, situado en el complejo polideportivo.

Estas dos infraestructuras suponen para el municipio una importante inversión en cultura y en deporte que a buen seguro servirán para atraer aún mas al turismo rural, que ya cuenta con un gran atractivo en su gastronomía, alojamientos, la sierra, las fiestas culturales y el patrimonio cultural, (caso de la Iglesia Parroquial, declarada Bien de Interés Cultural en 2010).

El museo ha sido un proyecto ambicioso en el cual se da a conocer la historia de Puebla de don Fadrique junto con antigüos oficios y costumbres más arraigadas, reflejados en maquetas a escala 1:5 realizadas por Jose Javier, haciendo también mención a la Fiesta de La Pascua, la cual tiene una sala dedicada a ello.

El horario de visitas PROVISIONAL es:

VIERNES: DE 18:00 a 20:00 horas

SÁBADOS.: DE 18:00 a 20:00 horas.