martes, 25 de agosto de 2009

LA EVOLUCION DEL HOMBRE JFP

Hace entre 40 y 60 millones de años (M. A.) que comenzó la evolución humana con los primates del Paleoceno y Eoceno. Durante el Oligoceno medio, hace unos 30 M. A., ocuparon zonas aptas para la vida, llegando incluso a Europa hace entre 18 y 12 M. A. Estos hominoideos europeos desaparecieron hace 6 M. A., mientras que en África los cambios ambientales producen una desaparición de los bosques y el aumento de la sabana, que obligó a algunos de los hominoideos a desplazarse de forma bípeda y a mantenerse con el cuerpo erguido, liberando sus manos, dando lugar a los primeros homínidos.





Los homínidos más antiguos se conocen con el nombre de Australophitecus (el nombre significa “primate del sur”), que hace entre 5 y 2’5 M. A. se extendieron por África. Eran de baja estatura y cerebro poco desarrollado. Algunos de ellos evolucionaron hacia el género homo. Los últimos Australophitecus se extinguieron hace un millón de años.




Sería hace entre 3 y 2’5 M. A. cuando apareció el Homo habilis, que recibió este nombre por su habilidad para fabricar útiles con cantos trabajados (“chopper” y “choppins tools”) y pudo construir algunas estructuras de habitación, como muros de piedra o paravientos. Desarrollaron su inteligencia, como muestra su mayor capacidad craneana, que alcanzó los 650 cc. Eran más altos que los Australophitecus. Su mentón era retraído y su dentición omnívora, lo que indica que también comían carne. Sus extremidades inferiores estaban mejor adaptadas a la marcha erguida.









Hace 1’5 M. A. apareció el Homo erectus. Su estatura, semejante a la del hombre actual, era mayor que la del Homo habilis. Su cráneo era grueso, achatado y prolongado hacia atrás, con fuerte toro supraorbital, ligera cresta sagital y frente estrecha. Tenían una capacidad craneana entre 750 y 1200 cc. Eran grandes cazadores que empleaban útiles de piedra perfeccionados, como los bifaces. Usaron el fuego, aunque no sabían producirlo, y construyeron cabañas de habitación. En Europa los Homo erectus recibieron el nombre de Anteneanderthales y han aparecido, entre otros lugares, en Atapuerca (Burgos). Los últimos Homo erectus desaparecieron hace unos 100000 años.






Los predecesores del Homo sapiens aparecieron en el Pleistoceno medio, hace unos 400000 años. Su capacidad craneana era mayor, superior a 1000 cc., con disminución del toro supraorbital, mayor altura de la bóveda craneal, occipital redondeado, disminución del volumen facial y mandíbula robusta. En Atapuerca se han encontrado restos que se han atribuido a un Homo antecesor, que se propone sea el eslabón entre el Homo habilis y el erectus , por una parte, y el hombre de Neandertal y el sapiens sapiens, por otra.




Entre el 130000 y el 35000 a. C. se desarrolla el hombre de Neanderthal (Homo sapiens neanderthalensis). Su cráneo era dolicocéfalo y aplanado con frente huidiza y fuertes arcos superciliares. La cara era masiva y prominente, con órbitas oculares grandes y redondeadas, nariz ancha y mandíbula fuerte y robusta con mentón poco o nada saliente. Su capacidad craneana media era de 1450 cc. Tenía un esqueleto robusto con la columna vertebral ligeramente inclinada en su parte superior y unos brazos más largos que los del hombre actual.
Conocían la talla levallois, siendo capaces de fabricar varios utensilios a partir de una misma piedra, como las raederas, denticulados, puntas, cuchillos de dorso, etc.
Vivió una época de intenso frío, por lo que utilizó el fuego. Se cubrió con pieles y buscó refugio en cuevas y abrigos situados en valles cerca del agua y donde abundaba la caza. Hay indicios de que poseían sentimientos religiosos, como muestra el que enterraban a sus muertos y el que en algunos lugares se practicaba el culto al oso. Parece que tenían capacidad para hablar.
Aunque en algunas zonas coexistió con el Homo sapiens sapiens, se discute si hubo alguna interrelación entre ambos o si los neandertales se extinguieron sin llegar a mezclarse.
El Homo sapiens papiens es el hombre actual. Muestran una inteligencia muy evolucionada y sus antecesores más antiguos se remontan al 100000 a. C. Su tipo humano más generalizado es el hombre de Cro-Magnon. Su altura era de 1’75 m., con un cráneo redondeado, frente elevada sin toro supraorbital, mentón saliente y órbitas oculares cuadrangulares.
También utilizó las cuevas para refugiarse y construía cabañas al aire libre. Siguió construyendo útiles de piedra (hojas, raspadores, buriles, puntas de flecha, etc.) y también los hizo en asta y hueso (azagayas, punzones, arpones, agujas, etc.). Cosía las pieles para hacer vestidos y sabía encender el fuego.
Creía en otra vida después de la muerte, por lo que enterraba a sus muertos a los que cubría, en ocasiones, con ocre y depositaba junto a ellos ofrendas. Practicó la magia y por vez primera creó el arte, ya que pintaba y grababa figuras de animales sobre las paredes de cuevas, en los huesos y en plaquetas de piedra. Realizaron unas esculturas femeninas llamadas venus.

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