martes, 25 de agosto de 2009

Más cerca de la España visigoda

Un yacimiento de Toledo arroja luz sobre una época poco conocida en la que se redactaban contratos de trabajo y se construían depósitos de agua impermeables
25.08.09 -
J.V. MUÑOZ-LACUNA
| COLPISA. TOLEDO


Contratos de trabajo, inventarios de objetos, ejercicios escolares y operaciones de ventas y compras. Son algunas de las actividades que los visigodos plasmaban en tablillas de pizarra. También sabían cómo construir depósitos de agua totalmente impermeables e importaban cerámica del África bizantina. Todo ello forma parte de las últimas investigaciones realizadas en torno al yacimiento arqueológico de la Vega Baja de Toledo, en el que este verano trabajan más de cien personas. Un yacimiento que está arrojando datos fundamentales acerca de una época histórica poco conocida hasta ahora.
Situado junto al casco histórico de Toledo, un proyecto urbanístico de 1.300 viviendas lo amenazó a principios de este siglo. Finalmente, la presión de instituciones defensoras del patrimonio histórico evitó que las excavadoras destrozaran buena parte de la antigua capital del Reino Visigodo.
«Cuando toda la superficie de la Vega Baja esté excavada, y ya tenemos 25 hectáreas acotadas, tendremos una ciudad entera con estructuras de calles, viviendas, edificios públicos y zonas productivas. Es un caso único en Europa con esa extensión», apunta Diego Peris, director de la empresa pública Toletum Visigodo, responsable del yacimiento arqueológico.
En la actual campaña de excavaciones se ha confirmado que la principal ocupación de la Vega Baja tuvo lugar en las primeras décadas del siglo VIII d.C., tras la ocupación musulmana del centro de la Península y el surgimiento de Al Andalus.
Tablillas de pizarra
Uno de los hallazgos que más ha sorprendido a los arqueólogos ha sido un conjunto de tablillas de pizarra en las que los visigodos anotaban desde transacciones comerciales, cartas y oraciones hasta contratos laborales, listas de personas, asignaciones de grano como rentas o ejercicios escolares.
«Los romanos solían escribir en tablillas de cera que desaparecían con el tiempo. Sin embargo, el uso de la pizarra como soporte es una ventaja porque grababan las inscripciones con un punzón y la inscripción quedaba sobre la roca, lo que tenía un nivel de permanencia muy grande», destaca el responsable del yacimiento.
Según los arqueólogos que trabajan en la Vega Baja, estas inscripciones son la etapa final del latín y el origen de la lengua castellana y reflejarían la forma de hablar de la época sintetizando fonemas y sílabas, lo cual demuestra un alto grado de alfabetización al menos entre grupos sociales elevados, ya que la inmensa mayoría de la población rural no sabía leer.
La campaña de excavaciones de 2009 también ha servido para encontrar uno de los mayores conjuntos de monedas de cobre andalusíes aparecidos en contextos arqueológicos. Son los conocidos como 'feluses', monedas acuñadas en la Península y en Tánger con leyendas religiosas coránicas, siendo algunas de ellas conmemorativas de la Conquista. Junto a éstas se han hallado, asimismo, monedas de oro visigodas.
También se han podido rescatar restos de un canal conectado a un depósito de agua que se fabricó con arena, cal y fragmentos de cerámica, lo que le otorgó una dureza e impermeabilidad inigualables en la época. Y es que los visigodos contaban con técnicas propias de construcción. Así, empleaban una mezcla de cal, arena y teja machacada para los suelos de los grandes edificios.
«Se necesitarán décadas para hacer un análisis minucioso de este yacimiento, pero lo encontrado ya es suficientemente significativo», concluye Diego Peris.

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