lunes, 18 de agosto de 2014

EL NEOLÍTICO



EL NEOLÍTICO

           
            La palabra Neolítico significa “piedra nueva”. Se usó esta denominación para indicar una nueva técnica del trabajo de la piedra, que ya no se tallaba como en el Paleolítico sino que se pulimentaba.
            Sin embargo actualmente el término Neolítico hace referencia a un nuevo periodo de la Prehistoria en el que el hombre descubre la agricultura y la ganadería. Es un cambio fundamental que se ha denominado “revolución neolítica”, ya que los hombres abandonan la economía depredadora, basada en la caza y la recolección, para tener una economía productora, en la que son capaces de producir sus propios alimentos. Así el pulimento de la piedra tan solo es una innovación técnica, al igual que lo fueron la cerámica, el telar o la rueda, que fueron una consecuencia del descubrimiento de la agricultura y la ganadería.
            Este gran cambio se inició hacia el 8000 a. C. en la zona asiática del Creciente Fértil, hacia el 7000 a. C. en América Central, alrededor del 6000 a. C. en China y del 4500 a. C. en América del Sur. En la Península Ibérica se inició sobre el 5200 a. C. y se divide en Neolítico antiguo (5200-3500 a. C.), Neolítico medio (3500-2800 a. C.) y Neolítico final (2800-2500 a. C.).
Son varias las teorías que tratan de explicar esta gran “revolución”. Una de las más aceptadas es la del cambio climático, que señala como al final del Paleolítico se va a producir un aumento de la temperatura, que derritió parte del hielo de los casquetes polares, provocando el aumento del nivel del mar y una alteración de la flora y de la fauna. Las grandes extensiones de tundra retrocedieron , al igual que lo hicieron muchos herbívoros, que se retiraron a zonas más frías, por lo que la caza y los alimentos de los hombres comenzaron a escasear. Grandes zonas de la tierra se desertificaron, obligando a las personas, animales y plantas a refugiarse cerca de los grandes ríos, donde el suministro de agua estaba asegurado. Esta yuxtaposición de  hombres animales y plantas conduciría, tras un largo proceso, al descubrimiento de la agricultura y la ganadería. Otra teoría cree que el cambio climático, que ya se había producido anteriormente en otras ocasiones, no explicaría la “revolución neolítica”, que se debería  a un aumento de la población que haría necesaria una transformación económica para solucionar los problemas de subsistencia, sobre todo en las zonas marginales más pobres y con menos recursos. Finalmente hay investigadores que piensan que el Neolítico se debió a una evolución cultural a partir de los modos de vida mesolíticos: las comunidades humanas del Creciente Fértil conocían perfectamente su hábitat, lo que les llevó, de forma insensible, a la domesticación de animales y al cultivo de plantas.
Con el Neolítico los modos de vida cambian. El hombre se hace sedentario y aunque se siguen utilizando las cuevas, van a aparecer los primeros poblados al aire libre. Las casas, que eran de planta circular o rectangular, se construían con piedras y con adobes hechos de arcilla mezclada con paja. Tenían una zona con esteras para dormir, una cocina con vasijas, despensa, horno, etc. Generalmente tenían una sola puerta y su techumbre era de cubierta vegetal.
                  La vida de las comunidades neolíticas requería una organización y una división del trabajo para encargarse de las distintas tareas: agricultura, ganadería, cestería, elaboración de tejidos, fabricación de cerámica, etc. También va a surgir una nueva actividad, el comercio, que se va a realizar mediante el trueque (intercambio de productos).
                 

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