LA EDAD DEL COBRE: EL CALCOLÍTICO
La Edad del Cobre es el primer periodo de
la Edad de los Metales. Aparece la metalurgia, que desembocará en el Próximo y
Medio Oriente en los primeros núcleos urbanos, formados por ciudades-estado que
surgirán entre el 4500 y 4200 a. C. En Europa el proceso fue más tardío,
llegando a España al final del III milenio y principios del II a. C.,
distinguiéndose un Calcolítico antiguo precampaniforme, desde la mitad del III
milenio hasta el 2250 a.C. aproximadamente y un Calcolítico reciente, con
cerámica campaniforme, desde el 2250 a. C. hasta el inicio del Bronce antiguo,
en torno al 1900/1800 a. C.
Las cuevas se van abandonando, apareciendo
los primeros poblados que se sitúan en cerros de mediana altura o en llano, en
lugares estratégicos y con buenos recursos naturales (tierras propicias para la
agricultura y ganadería o con riquezas mineras). Algunos de ellos eran
amurallados y con bastiones para su defensa, como en los Millares (Almería) o
el Malagón en Cullar de Baza (Granada), aunque también había otros que no
estaban fortificados. Las casas, que se distribuían de forma desordenada sobre
el terreno, eran generalmente circulares con zócalo de piedra y alzado de
adobe. La cubierta era vegetal y se impermeabilizaba con barro.
En este periodo hay una mayor complejidad
social, con personas que desempeñan distintos oficios. Aparecen las primeras
jefaturas, bajo cuya autoridad se organiza la defensa y protección del poblado,
y el comercio. También se construirán grandes obras, como las murallas o las
tumbas colectivas.
La base económica sigue siendo la
agricultura y ganadería, que se completan con otras prácticas como la caza, la
pesca o la metalurgia. Esta última tuvo gran importancia, pues requería un personal
especializado. La posesión de objetos de metal, a los que no todos podían
acceder, era un símbolo de prestigio. Por vez primera se apunta la posibilidad
de que existiera el regadío, ya que en algunos poblados, como en el Cerro de la
Virgen de Orce (Granada), se ha encontrado una acequia que podía servir para
esta función.
En
una primera fase los enterramientos son colectivos, en sepulcros megalíticos
como los tholoi (tumbas con cámara central cubierta por falsa cúpula y
corredor de acceso), dólmenes, cuevas artificiales, etc., acompañados de un
rico ajuar. Posteriormente, en el último periodo del Calcolítico, las
inhumaciones son individuales con ajuares campaniformes.
Durante la Edad del Cobre surgirá lo que se ha
denominado como “Cultura del Vaso Campaniforme”, que se difundió por toda
Europa. Al coincidir su aparición con la metalurgia del cobre, se pensó que
eran gentes dedicadas a esta actividad. Otros investigadores creen que podían
ser comerciantes, que distribuían mercancías suntuarias entre las clases altas
y jefaturas, o incluso grupos de gentes guerreras.
El “Vaso Campaniforme” recibe este nombre
por ser un recipiente cerámico de perfil sinuoso, que tiene forma de campana
invertida (de ahí la denominación de campaniforme) y que aparece profusamente
decorado. Junto a los vasos hay otros recipientes con decoraciones similares,
como los cuencos, las cazuelas y los fruteros. Se ha indicado la posibilidad de
que fueran objetos rituales y de prestigio, que llegaban a través de redes
comerciales.
Sus estilos decorativos son diversos,
destacando los cordados (llevan bandas horizontales con impresiones de
cuerdas), los marítimos (alternan las franjas sin decoración con otras
decoradas a peine y ruedecilla), los puntillados (con motivos geométricos
realizados con puntos) y los incisos (con incisiones formando también motivos
geométricos). Se considera que los más antiguos serían los marítimos y cordados
y los más tardíos los incisos.
Además
de la cerámica decorada, otros elementos característicos del “Horizonte
Campaniforme” son:
§ Brazales
de arquero: Son piezas pétreas de forma más o menos rectangular y escaso
espesor. Cuentan con orificios en sus extremos por los que se introducían las
ligaduras, que servían para sujetar la pieza a lo largo de la cara anterior del
antebrazo. Se usaban para proteger la zona de la muñeca y sus alrededores de
los golpes de la cuerda del arco, tras haber sido disparada la flecha. Se
confeccionaban sobre pizarras y placas calizas.
§ Botones
de perforación en “V”:Son piezas de hueso o marfil con una tipología
variada, siendo los más característicos los de forma cónica o de pirámide
cuadrangular. En su base tienen dos perforaciones que convergen en el interior
del objeto.
§ Útiles
de cobre: Se confeccionaban mediante la técnica del martilleo. Los más
característicos son:
·
Punta de Palmela : Reciben este nombre por
haber aparecido en gran cantidad en las cuevas artificiales de Palmela en
Portugal. Se caracterizan por un largo pedúnculo y una hoja delgada y plana.
Debieron usarse como armaduras para flechas. Las Palmela evolucionaron hacia
tipos estilizados en el Bronce antiguo y llegaron hasta el Bronce medio.
·
Puñal de lengüeta: Son puñales con un
saliente o lengüeta destinada a ser introducida en la empuñadura, que podía ser
de madera, hueso o marfil.
·
Punzones: Eran varillas de cobre de sección
cuadrada que presentan al menos un extremo aguzado.
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