lunes, 18 de agosto de 2014

LA EDAD DEL COBRE: EL CALCOLÍTICO



LA EDAD DEL COBRE: EL CALCOLÍTICO


      La Edad del Cobre es el primer periodo de la Edad de los Metales. Aparece la metalurgia, que desembocará en el Próximo y Medio Oriente en los primeros núcleos urbanos, formados por ciudades-estado que surgirán entre el 4500 y 4200 a. C. En Europa el proceso fue más tardío, llegando a España al final del III milenio y principios del II a. C., distinguiéndose un Calcolítico antiguo precampaniforme, desde la mitad del III milenio hasta el 2250 a.C. aproximadamente y un Calcolítico reciente, con cerámica campaniforme, desde el 2250 a. C. hasta el inicio del Bronce antiguo, en torno al 1900/1800 a. C.
      Las cuevas se van abandonando, apareciendo los primeros poblados que se sitúan en cerros de mediana altura o en llano, en lugares estratégicos y con buenos recursos naturales (tierras propicias para la agricultura y ganadería o con riquezas mineras). Algunos de ellos eran amurallados y con bastiones para su defensa, como en los Millares (Almería) o el Malagón en Cullar de Baza (Granada), aunque también había otros que no estaban fortificados. Las casas, que se distribuían de forma desordenada sobre el terreno, eran generalmente circulares con zócalo de piedra y alzado de adobe. La cubierta era vegetal y se impermeabilizaba con barro.
      En este periodo hay una mayor complejidad social, con personas que desempeñan distintos oficios. Aparecen las primeras jefaturas, bajo cuya autoridad se organiza la defensa y protección del poblado, y el comercio. También se construirán grandes obras, como las murallas o las tumbas colectivas.
      La base económica sigue siendo la agricultura y ganadería, que se completan con otras prácticas como la caza, la pesca o la metalurgia. Esta última tuvo gran importancia, pues requería un personal especializado. La posesión de objetos de metal, a los que no todos podían acceder, era un símbolo de prestigio. Por vez primera se apunta la posibilidad de que existiera el regadío, ya que en algunos poblados, como en el Cerro de la Virgen de Orce (Granada), se ha encontrado una acequia que podía servir para esta función.
       En una primera fase los enterramientos son colectivos, en sepulcros megalíticos como los tholoi (tumbas con cámara central cubierta por falsa cúpula y corredor de acceso), dólmenes, cuevas artificiales, etc., acompañados de un rico ajuar. Posteriormente, en el último periodo del Calcolítico, las inhumaciones son individuales con ajuares campaniformes.
       Durante la Edad del Cobre surgirá lo que se ha denominado como “Cultura del Vaso Campaniforme”, que se difundió por toda Europa. Al coincidir su aparición con la metalurgia del cobre, se pensó que eran gentes dedicadas a esta actividad. Otros investigadores creen que podían ser comerciantes, que distribuían mercancías suntuarias entre las clases altas y jefaturas, o incluso grupos de gentes guerreras.
      El “Vaso Campaniforme” recibe este nombre por ser un recipiente cerámico de perfil sinuoso, que tiene forma de campana invertida (de ahí la denominación de campaniforme) y que aparece profusamente decorado. Junto a los vasos hay otros recipientes con decoraciones similares, como los cuencos, las cazuelas y los fruteros. Se ha indicado la posibilidad de que fueran objetos rituales y de prestigio, que llegaban a través de redes comerciales.
      Sus estilos decorativos son diversos, destacando los cordados (llevan bandas horizontales con impresiones de cuerdas), los marítimos (alternan las franjas sin decoración con otras decoradas a peine y ruedecilla), los puntillados (con motivos geométricos realizados con puntos) y los incisos (con incisiones formando también motivos geométricos). Se considera que los más antiguos serían los marítimos y cordados y los más tardíos los incisos.
      Además de la cerámica decorada, otros elementos característicos del “Horizonte Campaniforme” son:

§  Brazales de arquero: Son piezas pétreas de forma más o menos rectangular y escaso espesor. Cuentan con orificios en sus extremos por los que se introducían las ligaduras, que servían para sujetar la pieza a lo largo de la cara anterior del antebrazo. Se usaban para proteger la zona de la muñeca y sus alrededores de los golpes de la cuerda del arco, tras haber sido disparada la flecha. Se confeccionaban sobre pizarras y placas calizas.

§  Botones de perforación en “V”:Son piezas de hueso o marfil con una tipología variada, siendo los más característicos los de forma cónica o de pirámide cuadrangular. En su base tienen dos perforaciones que convergen en el interior del objeto.

§  Útiles de cobre: Se confeccionaban mediante la técnica del martilleo. Los más característicos son:

·         Punta de Palmela : Reciben este nombre por haber aparecido en gran cantidad en las cuevas artificiales de Palmela en Portugal. Se caracterizan por un largo pedúnculo y una hoja delgada y plana. Debieron usarse como armaduras para flechas. Las Palmela evolucionaron hacia tipos estilizados en el Bronce antiguo y llegaron hasta el Bronce medio.

·         Puñal de lengüeta: Son puñales con un saliente o lengüeta destinada a ser introducida en la empuñadura, que podía ser de madera, hueso o marfil.

·         Punzones: Eran varillas de cobre de sección cuadrada que presentan al menos un extremo aguzado.










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